22 mayo, 2006

La sonrisa.

(Lezama)

Era mi ama y mi esclava,
mi primera dama,
la princesa del lugar;
se balanceaba a mi lado,
dando el privilegio
de una noche sin final.

Y se dejaba y dejaba mirar,
sólo por impresionar,
con la sonrisa más dulce que viste jamás.

Era el demonio hecho hada,
la brisa en la cara,
los finales sin piedad;
la noche más tormentosa,
mi espina de rosa,
lo que no pudo pasar.

Y en la sorpresa de esta soledad
sueño en volver a soñar
con la sonrisa más triste que pude mirar.

Era el susurro del viento,
mi único aliento,
la infinita inmensidad;
la eternidad hecha cielo,
mi terrible miedo,
mi silencio y mi disfraz.

Para saber la verdad, de verdad
voy a tener que encontrar
aquella sonrisa tan dulce que me hace temblar.

Era lo cruel hecho antojo,
mi frío en los ojos
ante tanta magnitud;
la línea de mi horizonte,
la cima del monte,
mi extraviada juventud.

Y hoy estoy ciego de tanto mirar
al ojo del huracán
con la sonrisa más ciega que viste jamás.

Y se dejaba y dejaba mirar,
sólo por impresionar,
con la sonrisa más dulce que he visto jamás,
con la sonrisa más dulce que he visto jamás,
con la sonrisa más dulce que he visto jamás.

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  • 1 Comments:

    Anonymous Anónimo said...

    excelente tema, y sabes que lo digo en serio.
    Un abrazo

    02:04  

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