22 mayo, 2006

Viejas tardes.

(Lezama)

Viejas tardes que robamos al otoño
cuando aún teníamos ganas de soñar,
y el invierno no golpeaba en la ventana
para hacerse notar.

Te comento, estoy en la mesa de siempre
pero ya no se ve como la de ayer,
con aquellos corazones dibujados
a navaja y a piel.

Y así, hoy las lluvias nos dan cuenta de otro día,
hoy las sombras nos sumergen todavía
en la soledad.

Y así, lo más largo del silencio es lo mentido;
encomendando tus voces a un olvido
que no va a olvidar.

Cuando el mundo no se incendiaba en los diarios,
o vivíamos en mundos de cristal,
y mis besos no trazaban en tus labios
un sendero letal.

Cuando el máximo terror eran los lunes,
y el domingo era una fiesta nacional;
y vivíamos subidos en la nube
de creernos vital.

Y así, el invierno se nos hace más eterno
cuando cada corazón se llama a invierno
y no late más.

Y así, las heridas se nos cuentan por millares,
cuando cada corazón guarda lugares
que no va a ver más.

Y así, cada día cae en la intrascendencia,
cada sombra, cada luz y cada ausencia
me recuerda a vos.

Y así, todo tiempo que pasó es idolatrado
y vivimos siendo presa del pasado
por lo menos hoy.

  • Bajar Viejas tardes